EL SUTRA DEL LOTO




CAPÍTULO ONCE: LA VISIÓN DE LA TORRE DE LOS TESOROS 

Traducido por: Irene Gil Rizo
Fuente: El Sutra del Loto de Burton Watson 
y El Sutra del Loto de la Asociación Norteamericana
de Traductores de Textos Budistas.



En ese momento, en la presencia del Buda se erguía una torre adornada con los siete tesoros.  Quinientos yojanas de estatura y doscientos cincuenta yojanas de ancho y de profundidad, se elevó saliendo de la tierra y se quedó suspendida en el vacío.  Adornada de toda clase de objetos preciosos.  Tenía cinco mil barandas, mil, diez mil habitaciones, y una cantidad incalculable de cintas y banderas le decoraban.  Guirnaldas enjoyadas colgaban y diez mil millones de campanas labradas en joyas preciosas suspendidas de ellas.  Las cuatro caras de la torre emitían una fragancia de tamalapatra y sándalo que impregnaba el mundo entero.  Sus pendones y doseles estaban bordados con siete tesoros, oro, plata, lapis lazuli, perla, ágata, conchas marinas, cornalina, y era tan alta que llegaba hasta los lugares celestiales de los Cuatro Reyes Celestiales.  Los dioses del cielo Trayastrimsha hicieron llover flores de mandarava como ofrenda a la torre de los tesoros, y a los otros seres celestiales y dragones, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kimnaras, mahoragas, seres humanos y no humanos, una asamblea de miles, diez miles, millones, ofrecieron toda clase de flores, inciensos, collares, guirnaldas, doseles y música como ofrenda a la torre de los tesoros, haciendo reverencias, honrando y alabando.

En ese momento, una voz fuerte se emitió desde la torre de los tesoros, hablando en palabras de alabanza: “!Excelente, excelente¡ shakyamuni, El Homenajeado por el Mundo, que eres capaz, por medio de tu gran indiferenciada sabiduría, de hablar ante la gran asamblea sobre el Sutra de la Maravillosa Flor del Dharma, un Dharma para la enseñanza de bodhisattvas a quienes los Budas protegen y cuidan, y lo expones para el beneficio de toda la asamblea. Es como dices, sí como tú dices, Shakyamuny, El Homenajeado por el Mundo, todo lo que has expuesto es la verdad!” 

En ese momento las cuatro clases de creyentes vieron la gran torre de los tesoros suspendida en el espacio vacío y escucharon la voz que provenía de ella. Todos experimentaron la alegría de la Ley, maravillados por éste fenómeno que no habían tenido conocimiento nunca antes.  Se levantaron de sus asientos, juntaron las palmas de sus manos haciendo reverencia y luego se hicieron a un lado.

En ese momento un bodhisattva y mahasattva llamado Gran Placer en Enseñar comprendió las dudas que se hallaban en las mentes de los seres celestiales y humanos, los asuras y otros seres de todo el mundo. Y le dijo al Buda: “Homenajeado por el Mundo, ¿por qué razón ésta torre de los tesoros ha emergido de la tierra? ¿Y por qué ésta voz surge de su profundidad?”

En ese momento el Buda le dijo al Bodhisattva Gran Placer en Enseñar, “En la torre de los tesoros está el cuerpo entero de El Que Así Acontece.  Hace mucho tiempo, inconmensurables miles de miríadas de millones de mundos de Asamkhyas hacia el este, en una tierra llamada Tesoro de la Pureza, había un Buda llamado Muchos Tesoros.  Cuando éste Buda originalmente llevaba la práctica de un bodhisattva, hizo un gran juramento, que decía: “Después de que me convierta en Buda y entre a la extinción, en cualquiera de las tierras en las diez direcciones donde haya un lugar vacío donde se exponga el Sutra del Loto, emergerá mi torre fúnebre, de manera que pueda escuchar el sutra, para dar prueba del Sutra y alabar su excelencia.”

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